martes, 5 de abril de 2011

Perdimos el tren (V)

02:47

-“¿Vos tenés memoria?”

-“¿Y esta pregunta?” Me descolocó, porque después de tanto rato en silencio, ya no sabía qué tipo de conversación esperar, pero desde luego no esperaba que habláramos de mi memoria.

-“Responde, ¿tenés memoria o no?

-“No sé, normal, depende, nunca me aprendo la legislación, ni los efectos de los contaminantes, eso se me da mal, pero no tengo mala memoria creo.” Y cuando le contestaba, sabía que los tiros no iban por ahí, que nada le importaba lo que me costaba a mí aprenderme la legislación medioambiental.

-“¿Y recuerdas donde vivía yo el año pasado?”

-“En Frankfurt” me temía lo peor.

-“¿Y donde vivo ahora?” Laura dejó su beca en Frankfurt, por otra en Valencia, de menor cuantía, pero en mi ciudad, para estar conmigo, y yo se lo he agradecido miles de veces y le agradecía sobretodo que nunca había protestado, nunca hasta ahora.

-“En Valencia”.

-“Y vos te das cuenta, que tu vida es igual que lo era antes, tus amigos son los mismos, vas de compras al mismo sitio, cruzas las mismas calles para llegar a la universidad, sigues viviendo con tus padres…”

-“Tu ya no vivías con tus padres” La interrumpí, torpemente…

-“No es eso boludo”, y lo dijo con una media sonrisa, que me tranquilizó, aunque no tardo en volver a la carga…

-“Que parece que sólo yo di cosas, que si yo te pierdo, si lo nuestro se acaba, yo estaré ganando 500 euros al mes menos que el año pasado, en una ciudad que aún me es extraña, y habré perdido a la mayoría de amigos que tenía aquí en Alemania”.

-“Pero tú lo elegiste”

-“Si, pero no sabés el miedo que me da, poder haberme equivocado”.

Y pensé dos respuestas, que seguramente hubieran hecho las horas que faltaban para subir al tren bien diferentes; la que no dije: ¿y crees que te has equivocado?, hubiera desembocado en una tragedia, en un Vietnam emocional, porque sé que Laura, inició esta conversación con ganas de discutir, de mandarme a la mierda. A punto estuve de decirla, pero seguramente mi corazón fue más rápido que mi cabeza y otorgó a mis cuerdas vocales un tono firme, casi solemne, que sonó sincero, porque era sincero. Dije esto otro:

-“No te equivocaste” y en ese momento puse mis cinco sentidos en demostrarle que no se equivocaba, y a mí nunca se me dio bien hablar, pero hablé, desde el corazón, y dije cosas sinceras: “No te equivocaste porque nada ni nadie te va a hacer más feliz que yo, porque aunque no sea un loco, y aunque a veces me enfaden tus locuras, voy a estar siempre a tu lado, y si tienes ganas de llorar te ofreceré mi hombro, y secaré tus lagrimas. Si tienes ganas de reír, me pasaré horas haciéndote cosquillas, porque me encantas cuando te ríes. Y si quieres estar sola, me apartaré a un lado, sólo hasta que no me necesites, porque cuando vuelvas a necesitarme, volveré a estar ahí. Buscaré agujas en pajares, una piedra en el desierto, o una lágrima en el mar, si con eso te hago feliz, porque mi mayor deseo en esta vida, es ese, que seas feliz”.

Y Laura lloraba, y me dio su mano, la cogí con fuerza, y después de muchas horas en aquella estación, sentí que todo era igual, que su mano era la de siempre, volví a sentirla mía. La miré, y vi que sus ojos me seguían matando como el primer día y ella dijo, justo lo que más ilusión me hacía oír:

-“¿Me das un mordisco?”

Y se lo di, y allí estuvimos dándonos mordiscos y acariciándonos, riendo juntos, enredando otra vez su pelo en mis dedos, y no podía ser más feliz.
Porque hacía un año que estábamos juntos, y porque ese había sido el año más maravilloso de mi vida.

3 comentarios:

Nando dijo...

Molt bonic, però es veia vindre, es fa el dur, i al final "calsonasos".

Anónimo dijo...

Ja he vist que molta diferència hi ha en les votacions. Que passa que tots els que llegiu sou tios? Jo he de dir que fins llegir la 5ena entrega haguera votat per Laura però després d'aquesta escena romàntica em decantaré per Simon.

Si es que totes som igual.

PD: Nando, de calsonasos res. M'encanta.

Au

Anónimo dijo...

Saül va volem la nova entrega!!!